EL AMOR DIVINO: LA META SUPREMA DE LA RELIGIÓN Y DE LA VIDA

Acercose uno de los escribas que les había oído discutir y, advirtiendo lo bien que les había respondido, le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?». Jesús le contestó: «El primero es: ‘Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor que éstos» (Marcos 12:28-31).

[…] Un renacimiento en el amor a Dios y al prójimo tal como propugnó Jesucristo daría origen a un espíritu de unidad que ayudaría a sanar los males del mundo.