ORIGEN MENTAL DE LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS

Cuando luchamos por recuperar la salud perdida, a menudo solemos prestar mayor atención al poder avasallador de la enfermedad que a concentrarnos plenamente en la posibilidad de sanar y, en consecuencia, permitimos que la enfermedad corporal se convierta en un hábito tanto mental como físico. Este fenómeno se manifiesta especialmente en las personas tensas y aprensivas. Todo pensamiento depresivo o de felicidad, de irritabilidad o de calma, graba surcos sutiles en las células cerebrales, fortaleciendo nuestras tendencias hacia la enfermedad o hacia el bienestar, respectivamente.