LAS FUERZAS PSICOLÓGICAS CONTRARIAS AL ALMA

Cada vez que se sienta invadido por la ira, el aspirante a yogui debe tener siempre presente: «¡Ése no soy yo!». Cuando su autodominio se vea desbordado por la sensualidad o la codicia, debe decirse a sí mismo: «¡Ése no soy yo!». Cuando el odio amenace oscurecer nuestra auténtica naturaleza con una máscara de emoción despreciable, debemos disociarnos enérgicamente de tal emoción y afirmar: «¡Ése no soy yo!». El devoto aprende a cerrar las puertas de su conciencia para impedir la entrada a los visitantes indeseables que buscan alojarse en su interior. Y cada vez que otras personas le utilicen o le maltraten, pero aun así sienta palpitar en su interior el sagrado espíritu del perdón y del amor, podrá afirmar entonces con toda convicción: «¡Ése sí soy yo! ¡Ésa es mi verdadera naturaleza!».