LA DIVINA RELACIÓN ENTRE MAESTRO Y DISCÍPULO

El doctor Lewis viajó a Los Ángeles para participar en la segunda Convención de estudiantes e instructores de Self-Realization, que tuvo lugar en diciembre de 1937. Cuando le llegó el momento de hablar, las palabras del doctor Lewis brotaron de una fuente de amor por Paramahansaji, y dijo:
«Elegí el tema «Mi Gurú» por ser el más íntimo y querido para mí. Toda la comprensión espiritual que poseo o espero alcanzar se la debo a él, mi Gurú, Paramahansa Yogananda. La primera vez que me senté a sus pies, en 1920, en mi corazón abrigaba una sincera desconfianza. Pero cuando me instruyó y vi la compasión en sus ojos, me sentí abrumado. Algo que había permanecido dormido, algo que yo había olvidado, brotó dentro de mí. Desde entonces, ese algo ha permanecido conmigo. La amistad y los lazos humanos ordinarios palidecen ante la luz de la relación divina entre maestro y discípulo».