TÉCNICA PARA ENVIAR PENSAMIENTOS A LAS ALMAS DE LOS QUE HAN FALLECIDO

Para enviar pensamientos a tus seres amados que han fallecido, siéntate tranquilamente en tu habitación y medita en Dios. Cuando sientas la paz divina en tu interior, concéntrate profundamente en el centro crístico, el centro de la voluntad situado en el entrecejo, y envía tu amor a los seres queridos que se han ido. Visualiza en el centro crístico a la persona a la que deseas contactar. Envía a esa alma tus vibraciones de amor, fortaleza y valor. Si lo haces en forma continua, y si no pierdes la intensidad de tu interés en el ser amado, esa alma recibirá, sin duda alguna, tus vibraciones. Tales pensamientos brindan a tus seres queridos una sensación de bienestar, la sensación de ser amados. Ellos no te han olvidado más de lo que tú los has olvidado a ellos. Existe, todavía, el tenue recuerdo en sus conciencias de los seres amados que han dejado atrás.

Cuando desees sentir la respuesta de esas almas, concéntrate en el centro del corazón. Si te concentras con la suficiente profundidad, tal vez se te aparezcan primero en sueños, ya que pueden hacerlo. Algunas veces, podrás tener el mismo sueño significativo varias veces. Por lo tanto, no todos los sueños carecen de significado. Si tu mente se encuentra calmada y en sintonía, sabrás que alguien está tratando de establecer contacto contigo a través de ese sueño. Conforme evoluciones espiritualmente, tus seres amados se te podrán aparecer en visiones durante la meditación. Y cuando estés sumamente evolucionado, podrás contemplar a esas almas justo delante de ti.

San Francisco solía ver a Jesucristo encarnado cada noche. Pero debes estar realmente avanzado antes de poder tener una experiencia semejante. Si meditas con profundidad en Dios, Él te mostrará todas esas cosas.

En lugar de llorar y sentir que se ha producido una pérdida tras la muerte de tus seres queridos, envíales siempre amor. Al hacerlo, ayudarás al progreso de sus almas y, a su vez, ellos podrán ayudarte. Jamás los arrastres hacia este plano mediante sentimientos irrazonables y egoístas de apego y pena. Tan sólo dile a cada uno de ellos: «Te amo».

Envía pensamientos de amor y buena voluntad a tus seres amados tan a menudo como lo desees, pero hazlo como mínimo una vez al año; tal vez, en algún aniversario especial. Diles mentalmente: «Nos encontraremos de nuevo en algún momento y continuaremos desarrollando nuestro mutuo amor y amistad divinos». Si ahora les envías continuamente tus pensamientos de amor, algún día los encontrarás de nuevo, con certeza. Sabrás que esta vida no es el fin sino, simplemente, un eslabón en la eterna cadena de tu relación con tus seres queridos.

Paramahansa Yogananda. Libro “El Amante Cósmico”. Pág 333