
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA MANIFESTAR LA CONCIENCIA DIVINA EN LA VIDA DIARIA
A menudo, cuando los devotos piden: “Cuéntenos anécdotas sobre el Maestro”, esperan oír relatos de curaciones o poderes milagrosos. El Maestro tenía esos poderes; yo le vi manifestarlos en muchas ocasiones. Pero llegué a comprender que el poder del Gurú era mucho más profundo, mucho mayor que el de cualquier despliegue espectacular. Él tenía el poder de elevar y transformar para siempre la vida de los seres humanos.
Pensemos en los muchos cientos de seres humanos -miles quizás- que, en los tiempos de Jesucristo, presenciaron los milagrosos poderes divinos que él mostró. ¿Cuántos de esos miles estuvieron con Cristo al pie de la cruz? ¿Cuántos se reformaron y se transformaron verdaderamente en espíritu, de modo que en los momentos del padecimiento de Cristo fueron capaces de estar al pie de la cruz con él, cuyo amor por Dios era tan profundo que aceptó todas las pruebas, todo el sufrimiento de la traición y de la crucifixión? Solo unos cuantos estuvieron allí. La mayoría de las personas se apartan del camino espiritual cuando llega de verdad el momento de “poner manos a la obra” para conocer, encontrar y afianzar a Dios en sus vidas.
El mayor milagro que cualquier maestro o profeta puede llevar a cabo es tomar a un ser humano que esté atado a los engaños de maya, a los deseos egocéntricos, a los apegos y al desconcierto de este mundo, e infundir en esa alma un amor a Dios tal que le confiera a su vida un verdadero sentido, un objetivo que merezca la pena, un propósito divino.
Si hubieras podido estar en la presencia física de nuestro bendito Gurú, habrías visto que el poder más extraordinario que demostró fue su divino amor a Dios y el amor de Dios que fluía a través de sus ojos y de todo su ser. Yo vi como ese amor cambió mi propia vida y las vidas de todos cuantos estuvimos a su alrededor. Semejante amor hizo que Dios fuese para nosotros lo más real y lo más importante de este mundo. Y puedo comprobar, incluso hoy en día, cómo esa transformación tiene lugar en las vidas de todos los buscadores que siguen sinceramente sus enseñanzas y, de ese modo, entran en el aura de su presencia y su conciencia siempre vivientes.
Gurudeva vino a Occidente con un especial designio divino que recibió de Cristo y de los Grandes Maestros: revivir la religión, despertar de nuevo el verdadero significado de la religión. En lugar del “eclesianismo” externo, como él lo llamaba, enseñó como construir un templo en nuestro interior en el que cada día entráramos a meditar profundamente en Dios y viviésemos para servirle a Él. La religión -enseñaba Gurudeva- ha de ser una experiencia real de Dios, no simples palabras o preceptos de las escrituras. “No te pido que creas ciegamente -decía-. No te pido que aceptes ningun dogma. Pero sí afirmo lo siguiente: si practicas y aplicas estas enseñanzas y las técnicas de meditación, percibirás dentro de tu propio ser la presencia de Dios y la verdad de las palabras que te he expresado”.
Sri Mrinalini Mata. Libro «Manifiesta la conciencia divina en la vida diaria». Pág 9