CRISTO Y KRISHNA, AVATARES DE LA VERDAD ÚNICA

Un Maestro es un ser cuya conciencia se ha purificado para poder recibir y reflejar en forma perfecta la luz de Dios. El sol brilla con igual intensidad tanto sobre el carbón como sobre el diamante, pero solo éste último refleja dicha luz. Igualmente, la luz del Señor se derrama sobre todos los seres vivientes, pero algunos la reflejan en mayor grado que otros. Y es así como en el hombre dotado de realización espiritual, la luz divina se encuentra reflejada en su plenitud.
Todo ser humano es un alma envuelta en el velo de maya. A través de la evolución y del esfuerzo personal, el alma abre un pequeño orificio en dicho velo, un orificio que va creciendo progresivamente. A medida que dicha abertura se agranda, la conciencia se expande y el alma se manifiesta en forma más plena. Finalmente, cuando el velo se destruye completamente en un hombre, éste se convierte en un «maestro», es decir en el amo de sí mismo y de maya.

DONDE BRILLA LA LUZ

Aprecio cualquier cosa que Dios me da, pero no la añoro cuando desaparece. En cierta ocasión, alguien me regaló un bonito abrigo y un sombrero, ambos muy costosos. Allí comenzaron mis preocupaciones; tenía que estar pendiente de no rasgarlos ni mancharlos, y eso me hacía sentir incómodo. Yo pensaba: «Señor, ¿por qué me has dado esta preocupación?». Un día, debía dar una conferencia en el Trinity Hall, aquí, en Los Ángeles. Cuando llegué al vestíbulo del auditorio y comencé a quitarme el abrigo, el Señor me dijo: «Retira tus pertenencias de los bolsillos». Y así lo hice. Cuando volví al guardarropa, después de la conferencia, el abrigo había desaparecido. Yo estaba contrariado, y alguien comentó: «No se preocupe; le conseguiremos otro abrigo». Yo respondí: «No estoy disgustado por haber perdido el abrigo, sino porque quien se lo apropió ¡no se llevó también el sombrero que hace juego!».

JAMÁS ADMITAS LA DERROTA

Resucita tu alma de todos los sueños de debilidad. Resucita tu alma en la sabiduría eterna. ¿Cuál es el método? Éste incluye diversos puntos: relajación, autodominio, régimen alimenticio adecuado, fortaleza, una actitud imperturbable de la mente y desligar la conciencia de su identificación con el cuerpo por medio de la práctica regular de los principios científicos de concentración y meditación. Jamás admitas la derrota. Aceptarla es el mayor fracaso. Posees un poder ilimitado y debes cultivar ese gran poder. Eso es todo.

UNA CONCIENCIA TRANQUILA ES LA CLAVE PARA VIVIR SIN TEMORES

Debes aprender a afrontar tus problemas sin temor y con la conciencia tranquila, tal como yo lo he hecho. Ya nunca oro por mi alma o por mi cuerpo, porque he logrado la eterna seguridad que proviene de Dios. Eso es suficiente. Para mí, rezar sería dudar. Mi conciencia está libre, porque no he hecho mal a ser humano alguno, y sé que es verdad. Poder decirse a uno mismo: «No he hecho mal a nadie», significa ser la persona más feliz de la Tierra.

MANTENER LA MENTE EN EL CENTRO DE LA CONCIENCIA ESPIRITUAL 

La conciencia del individuo promedio habita principalmente en la superficie sensoria corporal animada por los chacras inferiores de la espina dorsal. Es por eso que su conciencia se vuelve mundana y permanece en la inquietud.  En el Ashram nos enseñan a mantener siempre la mente en el centro Crístico. Una de las primeras cosas que Paramahansa me enseñó cuando yo llegué, fue: “Deja que la mente descanse siempre aquí en este centro (el punto medio entre las cejas)”. Aquí está la Estrella Polar de la conciencia espiritual, el centro donde comulgas con Dios.

BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ, PORQUE ELLOS SERÁN LLAMADOS HIJOS DE DIOS

Los verdaderos pacifistas son aquellos que generan la paz por medio de su devota práctica de la meditación diaria. La paz es la primera manifestación de la respuesta de Dios en la meditación. Quienes conocen a Dios como Paz en el templo interior del silencio y reverencian al Dios de la Paz que allí se encuentra son sus hijos verdaderos, en virtud de esta relación de comunión divina.

LIBERTAD

Poderosas cuerdas, atadme de pies y manos, pero ved: soy libre, siempre libre. Enfermedad, usa tus tormentos, aun así soy libre, siempre libre. Salud, despliega tus encantos, mas mira: soy libre, siempre libre. Muerte, destruye si lo deseas esta prisión corporal; pues me halle encerrado o no, soy libre, siempre libre.

EL MODO EN QUE VIVIMOS ESTA VIDA DETERMINA LO QUE SEREMOS EN LA PRÓXIMA

Se nos ha dado la capacidad de descubrir mediante el razonamiento hacia dónde vamos y de dónde venimos. Pero no hacemos el esfuerzo de analizarnos a nosotros mismos ni el de analizar nuestras vidas. De lo contrario, el sentido común nos diría que tal como es hoy nuestro carácter, así seguirá siendo después de la muerte -tal vez un poco mejor o un poco peor-, dependiendo del esfuerzo que estemos haciendo para superarnos. Después de pasar por las experiencias que nos deparan 365 días al año, año tras año, es probable que hayas progresado en alguna medida, pero tu naturaleza después de la muerte será la misma que antes de ella. ¡No te convertirás en un ángel por el simple hecho de morir! Lo único que cambia es el cuerpo.

NO PERMITAS QUE LAS GANANCIAS O LAS PÉRDIDAS INFLUYAN SOBRE TI

Extracto tomado del libro «Mejda» – La familia, niñez y juventud de Paramahansa Yogananda. Escrito por su hermano Sananda Lal Gosh.

La sencillez era una cualidad natural en papá, pero su austeridad respecto de acumular bienes materiales y su indiferencia hacia el dinero resultaban asombrosas para su familia y sus amigos.

Después de la jubilación de nuestro padre, el señor Winney, un director de la Junta de Ferrocarriles con sede en Inglaterra, llegó de la Oficina Central de Londres para inspeccionar, en Calcuta, la contabilidad del Ferrocarril Bengala-Nagpur. El funcionario examinó con gran minuciosidad los historiales de servicio de los empleados y reparó en la encomiable contribución de nuestro padre a la fundación del gran Banco Urbano del Ferrocarril Bengala-Nagpur.

LAS FUERZAS PSICOLÓGICAS CONTRARIAS AL ALMA

Cada vez que se sienta invadido por la ira, el aspirante a yogui debe tener siempre presente: «¡Ése no soy yo!». Cuando su autodominio se vea desbordado por la sensualidad o la codicia, debe decirse a sí mismo: «¡Ése no soy yo!». Cuando el odio amenace oscurecer nuestra auténtica naturaleza con una máscara de emoción despreciable, debemos disociarnos enérgicamente de tal emoción y afirmar: «¡Ése no soy yo!». El devoto aprende a cerrar las puertas de su conciencia para impedir la entrada a los visitantes indeseables que buscan alojarse en su interior. Y cada vez que otras personas le utilicen o le maltraten, pero aun así sienta palpitar en su interior el sagrado espíritu del perdón y del amor, podrá afirmar entonces con toda convicción: «¡Ése sí soy yo! ¡Ésa es mi verdadera naturaleza!».