EL MAESTRO ERA EN CIERTO MODO COMO EL UNIVERSO: LO SABÍA TODO, LO PERCIBÍA TODO
Entré en contacto con el Maestro y con las enseñanzas de Self-Realization en otoño de 1945 de un modo totalmente inesperado. Yo había intuido que algo se estaba acercando a mi vida, y afirmé: «Señor, si existes, te desafío a que me lo demuestres». Era una exigencia muy fuerte. Dos semanas después, una amiga mía vino y me dijo simplemente: «Vamos a Hollywood».
Nunca me imaginé que íbamos a ir a un templo, al Templo de Self-Realization Fellowship. Y cuando mi amiga me dijo el nombre, pensé: «Bueno, ¿qué significa eso?». Supuse que tal vez habría allí una especie de clérigo filósofo que hablaría sobre alguna clase de pensamientos filosóficos en torno a la religión, o algo así.
Pero cuando apareció el Maestro y lo vi, pensé: «No es un ser corriente. Este hombre conoce a Dios». A menudo pienso: «¿Cómo puedes explicarle a alguien la omnisciencia?». Él conocía cada uno de nuestros pensamientos, cada uno de nuestros sentimientos, de dónde veníamos, a dónde íbamos. (¡Menos mal que alguien lo sabía!). Cuando abandoné el edificio tras aquel primer encuentro en el Templo de Hollywood, sabía que sólo salía de él físicamente, pero de ningún otro modo.
Cuando era niña, cada dos o tres años dibujaba un par de ojos marrones. Y trataba de crear en ellos una expresión de eternidad. Y mi concentración algunas veces resultaba tan intensa que era como si cobraran vida para mí; se volvían reales. Y entonces, cuando miré al Maestro, vi aquellos ojos.
Era en cierto modo como el universo: lo sabía todo, lo percibía todo. Y el amor que mostraba por cada una de las almas que se le acercaban era maravilloso, extraordinario, puro, como la luz del cielo.
Mukti Mata (1922-2008). Discípula de Paramahansa Yogananda durante más de sesenta años, conoció al Gurú en 1945. Artículo tomado de la página web de Self-Realization Fellowship: https://yogananda.org/es/mukti-mata-trata-sobre-paramahansa-yogananda
