EL MODO EN QUE VIVIMOS ESTA VIDA DETERMINA LO QUE SEREMOS EN LA PRÓXIMA

Se nos ha dado la capacidad de descubrir mediante el razonamiento hacia dónde vamos y de dónde venimos. Pero no hacemos el esfuerzo de analizarnos a nosotros mismos ni el de analizar nuestras vidas. De lo contrario, el sentido común nos diría que tal como es hoy nuestro carácter, así seguirá siendo después de la muerte -tal vez un poco mejor o un poco peor-, dependiendo del esfuerzo que estemos haciendo para superarnos. Después de pasar por las experiencias que nos deparan 365 días al año, año tras año, es probable que hayas progresado en alguna medida, pero tu naturaleza después de la muerte será la misma que antes de ella. ¡No te convertirás en un ángel por el simple hecho de morir! Lo único que cambia es el cuerpo. La muerte no provoca otros cambios. La muerte es como un portal que has de atravesar. Tu cuerpo desaparecerá, pero en los demás aspectos serás el mismo. Si posees un carácter vio- lento, no lo dejarás atrás al morir, junto con el cuerpo físico. Ese carácter violento seguirá contigo hasta que lo hayas conquistado. Si en tu vida presente has observado las leyes que rigen una vida saludable, en tu próxima encarnación tendrás un cuerpo saludable. La última etapa de la vida es más importante que la primera, ya que lo que eres al final de esta vida es lo que serás al comienzo de la siguiente.

Por lo general, la primera parte de la vida se malgasta tontamente, en un cierto estado de confusión. Después llega la época del romance y, finalmente, vienen la enfermedad y la vejez; comienza entonces la lucha por mantener el cuerpo en buen estado. He acuñado la expresión «vivir remendando» para describir cómo tenemos que seguir pegando parches sobre parches en el cuerpo, para mantenerlo en funcionamiento. El cuerpo causa problemas la mayor parte del tiempo: falla una «bujía» o los «neumáticos» revientan; tienes dolores de cabeza, resfrío o molestias estomacales, hay problemas con la dentadura, y así sucesivamente. ¡Siempre problemas y más problemas! Por eso es tan necesario para tu propia felicidad tomar conciencia de que no eres el cuerpo -con todas sus dolencias-, sino el alma inmortal. Yo no tomo en serio la vida en absoluto. Digo: «Señor, cualquiera que sea el momento en el que desees separar este cuerpo del alma, estará bien. Todo el tiempo que Tú me mantengas aquí, estará bien; pero si he de ser liberado del cuerpo, también eso estará bien». No es necesario morir para reclamar nuestra liberación del apego al cuerpo. Si comulgas con Dios verás que ya eres libre. No eres el cuerpo; eres Espíritu eterno.

¿Existe algún modo de averiguar lo que fuimos en nuestra última encarnación? Con toda certeza, podemos detectar aptitudes y tendencias básicas del pensamiento, mediante un análisis de lo que somos ahora. Las escrituras hindúes dicen que se requiere un millón de años de vida armoniosa y libre de enfermedades para que el alma alcance la liberación. Por lo tanto, comparativamente, es de esperar que se produzcan pocos cambios en el hombre corriente de una vida a otra. No obstante, la vida espiritual de una persona puede definitivamente acelerarse mediante un resuelto esfuerzo por vivir correctamente y mediante la ayuda de un verdadero gurú.

Paramahansa Yogananda. Libro «La búsqueda eterna». Pág 254